Cuando se trata de tocar la fibra sensible del público, la publicidad tiene una habilidad especial. Algunos anuncios son capaces de sacar la lágrima incluso de un témpano de hielo.
Es el caso del último anuncio navideño que presentó IKEA, tienda de muebles y decoración que pronto se encontrará en el Perú también. “Familiarizados” es una especia de concurso que protagoniza el anuncio de IKEA, pero con un giro final inesperado.
La idea gira entorno a diferentes miembros de familias se sientan alrededor de una mesa, en la cual deben responder a ciertas preguntas. Si las respuestas son acertadas continuarán sentados, si no saben la respuesta deben levantarse de la mesa.
Es así el inicio de este anuncio, cuya finalidad es emocionarte y conseguir que nos planteemos la relación con nuestra familia, sobretodo en fechas especiales como la Navidad.
Ikea nos invita a ‘desconectar’ para ‘conectar’. Un excelente consejo mientras nos acompañamos de un paquete enorme de kleenex.
El vídeo, publicado en el canal oficial de Ikea en YouTube, ya cuenta con más de 10 millones de visualizaciones.
Algunos anuncios te enamorarán y otros llegarán a emocionarte de verdad. Este anuncio de Vicks, de Procter & Gamble, es del segundo tipo. Los cuatro minutos de spot cuentan la emocionante historia de un hombre que adopta un bebé abandonado y es testigo del auténtico poder del amor. La historia es emotiva en sí misma: un bebé que es abandonado y un muchacho que cambia su vida para cuidar de él. Pero unos cuantos detalles hacen que este anuncio de un paso más allá.
Un ejemplo es la música elegida mientras vemos al protagonista aplicando lentamente el producto (Vicks) al bebé. No es casualidad que él no recuerde la letra y sea precisamente la voz de una mujer la que termine cantando (recordando a la madre que ya no está en su vida). Además, en la escena anterior aparecen los servicios sociales para llevarse al bebé, justo después de producirse el mayor momento más significativo de unión entre ambos.
Otro punto importante es el cierre, con la voz del protagonista aclarando que, en realidad, ha sido el pequeño quién ha salvado su vida. Y no él a el bebé.Por último, la historia se vuelve aún más conmovedora cuando conocemos que la publicidad se ha basado en una historia real. Y terminamos viendo una imagen del padre adoptivo real, Hernando, y su hijo de 12 años.
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